domingo, 15 de julio de 2018

Tu adapta que nosotros limpiamos la sangre I

Hoy en "Tu adapta que nosotros limpiamos la sangre": Ready Player One

(OJO QUE A LO MEJOR SE ME ESCAPA ALGÚN DESTRIPE)

Debo comenzar con una disculpa: lo siento, tenía demasiadas expectativas. Se habían unido un gran director con una novela que, pese a no ser una obra maestra, a mí me apasionó especialmente. Después de un tiempo por fin he visto Ready Player One y no puedo estar más decepcionado. Nunca adaptar una novela ha sido sencillo. Hay que sacrificar algunas partes, cambiar otras y crear cosas nuevas para condensar la novela en dos horas (con suerte) de película. 

Puedo hablar de adaptaciones memorables de las que todo el mundo habla, como El perfume o (en mi humilde opinión) Los juegos del Hambre o El silencio de los corderos. Adaptaciones que merecen ser mencionadas por la titánica labor de ser adaptadas como el Señor de los anillos (no, el Hobbit nunca se hizo, Peter Jackson). Adaptaciones curiosas y libérrimas que siguen caminos separados (nombrar Guerra Mundial Z, por ejemplo, con ese Brad Pitt bebiéndose una cola entre zombis) y adaptaciones que deberían arder en lo más profundo del infierno (y aquí lo dejo a la elección del lector pero cabe mencionar alguna novela de Crichton que ha sufrido estos crímenes). 

Siempre recibo sin prejuicios las adaptaciones y en la mayor parte de las ocasiones disfruto de película y novela por igual aunque difieran. Pero en este caso hay un matiz y es que, cuando leí Ready Player One, sentí que Cline la había escrito para mí. Sí, nos pasó a muchos "ochenters" que crecimos con todas y cada una de las referencias que aparecen en la novela y, a priori, Spielberg también forma parte de nuestra infancia.

Repito en que tenía muchas expectativas puestas en la película y al fin, al visionarla mi gozo quedó en un pozo. Como adaptación falla bastante, cambia demasiadas referencias para adaptarla a los "tiempos modernos" (sinceramente, HALO, Overwatch o Minecraft me sobraban para los cinco segundos que salen). Condensa en un par de días la acción y, sin saber por qué, a mitad de la película cambia de protagonista (sí, lo sé, es confuso). Pero podría pasar el hecho de que no me gustara la manera de adaptarla (por eso Spielberg es Spielberg y yo soy un aspirante a escritor) de no ser porque me molesta bastante sentir que me estan engañando. 

La pelicula se deja ver (de hecho la vi completa) pero tiene algunas cosas que a mí me cayeron como una losa. No me extenderé en que Tye Sheridan y Olivia Kooke tienen menos química que yo en BUP de letras puras y que funcionan mejor sus avatares CGI que ellos mismos. Tampoco entraré en que se dulcifica e infantiliza la trama sin dejar ver esos momentos de oscuridad atroz que Spielberg plasmó, por ejemplo, en ET (y que no comprendimos en su momento). Tampoco mencionaré que si al personaje de Art3mis  se le declara un tío la segunda vez que la ve, lo manda a paseo. En lugar de eso, nos ponemos ñoños y montamos un romance metido con calzador y que los personajes tienen que justificar con frases cada dos por tres para que el espectador se lo crea.

En la ambientación de la película se pasa totalmente por alto el por qué de OASIS y bastan un par de líneas en boca de WADE para que nos de los datos justos para aceptar (porque sí) lo que vamos a ver. Hablando con un compañero mencionó que las pruebas de la novela no funcionarían bien en la película y podría haberlo aceptado, de no ser porque convierten la primera prueba de la novela (que al prota le cuesta resolver) en la prueba final... Bueno, también puedo aceptarlo, son decisiones a la hora de adaptarlo y Spielberg sabe de cine mucho más que yo.

Durante la novela hay referencias a muchas películas (Juegos de Guerra, Todo en un día, el Club de los Cinco, Star Wars...) El personaje de Hallyday era un "ochenter" empedernido. Había cientos de referencias  que se podían haber usado (sí, me hizo gracia el cocktail de Mortal Kombat y Alien o lo del cubo de Zemeckis) pero de todas las que podía usar Spielberg decidió imponerme su película favorita (y dicho sea de paso la que considero una de las peores adaptaciones al cine): El Resplandor.

¿De verdad? Y desconecté de la película cuando comprendí que si Cline había escrito Ready Player One para mi, Spielberg lo llevó al cine para otro. Y tuve mi pataleta interior y se rompió mi corazón, pero aun así seguí viendo la película y me reí con un par de guiños más. Pero cuando la pelicula llegaba a su desenlace yo ya había encontrado por qué no funcionaba: Sorrento.

Sorrento on my mind...
Cuando en la novela te plantean esto: un tío inteligente, director de un gran megacorporación que va siempre dos pasos por delante de los protagonistas y que no se corta a la hora de amenazar o quitarse de en medio a quien le impida conseguir su objetivo. En mi cabeza se forma la silueta de Jefrey Dean Morgan (Negan para los colegas) un actor que hace que incluso haciendo de buena persona tus pantalones pasen a alerta marrón en un segundo. Sin embargo, en la película, Spielberg me propone un completo inútil al que otro personaje (inventado para la película) le tiene que sacar las castañas del fuego, que no sabemos cómo demonios dirige IOI y que, en su gran brillantez tiene la contraseña del sistema apuntada ¡EN UN PAPELITO EN SU OFICINA! Colocado de manera estratégica para que el protagonista pueda verla sin ningun esfuerzo...

 Si vas a contar una historia simple, al menos haz que tus personajes molen. Pon un Hans Gruber (Ese villano en La Jungla de Cristal magistralmente encarnado por Alan Rickman) o a cualquiera de los Underwood de House of Cards (no sé quien mola más si Frank o Claire). Y si no es muy listo, al menos que tenga carisma y la gente le siga porque tiene "mojo".

Sorrento en "cómo has llegado hasta aquí tu solito"

Pero Ready Player One  es tan solo un espectáculo visual y para mi carece de alma. No es el Spielberg que esperaba, desde luego. Probablemente es el Spielberg de otra generación porque si algo sabe hacer es acertar con lo que gusta en cada momento.Y se ve, que mi momento no es el mismo que el de Stevo...